Ayer participé de un café reflexivo que anunciaba como tema: El árbol de los deseos. Si bien no compartía la postura allí propuesta, me hizo pensar sobre ello.
El árbol y los deseos son dos palabras unidas, arraigadas en el inconsciente colectivo de la humanidad, son dos palabras que van juntas en mi vida.
Para Jung el inconsciente colectivo son conocimientos innatos compartidos por el grupo colectivo de la humanidad toda,el cual emerge de la experiencia que ha ido acumulando a lo largo de miles de años de historia común.
El árbol es un símbolo de ello. No importa la raza ni la costumbre, para todos y más allá de que no tiene un significado unívoco , representa diversas cosas que están relacionadas entres sí. Simboliza la vida, la fecundidad , el nacimiento y crecimiento.
Representa la evolución de las fases del proceso de transformación y sus frutos y flores significan la coronación de la obra.
Si unimos esa idea a la de los deseos, podemos representarnos como en función de nuestros logros a partir de nuestros deseos.
En la charla se planteaba el deseo como algo que debía provocarse. Yo creo que todos tenemos deseos, no hay vida sin deseo! Todos deseamos tal o cual cosa, lo que hace la diferencia es aquello que hacemos para cumplirlo. Personalmente considero que el simple deseo no es suficiente, se necesita trabajar en ello, convertirlo en nuestro propósito. Porque el deseo es una simple aspiración, esperanza o anhelo , que se activa en nuestra mente,pero lograrlo es mucho más. Se necesita perseverancia, disciplina y muchas veces atravesar la zona de confort donde nos manejamos cotidianamente.
Los deseos defectuosamente procesados pueden ser tu infierno. Botticelli espectacularmente en su obra representa eso ..el infierno . Una especie de árbol, con deseos mal encausados. Un árbol siniestro..un infierno.
Como dijo Oscar Wilde: " Haz que tus deseos sean órdenes para ti". Solo así podrás dibujar tu vida en un árbol frondoso donde ellos sean esas ramificaciones floridas, que te permiten crecer y ser feliz. Yo así me lo propongo cotidianamente y por si acaso, para tenerlo siempre presente, llevo colgado en mi cuello un árbol con los frutos que representan mis deseos mas bellamente cumplidos. Te invito a regar tu arbol y hacer florecer tus deseos.
Nancy