El acto de cocinar involucra un proceso extenso, un acto de amor para nosotros mismos y para quienes se lo dedicamos.
Desde el momento en que elegimos qué hacer, los ingredientes que necesitamos hasta diseñar cómo lo elaboraremos: lavarlo, cortarlo, condimentarlo, cocinarlo y consumirlo.
La misma transformación de los alimentos genera, en quien los tiene entre manos, un sinfín de sensaciones.
Es maravilloso el sentir que uno esta creando algo especial para otro...algo muy especial, cubriendo su necesidad básica...está preparando SU ALIMENTO.
En algún momento, todo se toca: al lavarlo, al cortarlo, al amasarlo, al cocinarlo y es ese contacto, donde se transmite el amor.
Se huele su perfume. Se disfruta su color. Se oye su sonido. Se degusta en su preparación. El cocinero que ejercita sus sentidos, disfruta de cada emoción que se le presenta en ese momento. Y entonces se cuela el ingrediente más importante: el amor.
Es que en la cocina intervienen muchas emociones.
Se activan los 5 sentidos. Sonará muy loco pero si alguién me preguntara cual es mi aroma favorito, sin duda respondería el de la levadura ( existirán perfumes con ese aroma?)
Inclusive si tendría que escoger un lugar para vivir, no dudaría de elegir aquella que tenga olor a galletas recién horneadas o a salsa de la abuela,porque es inevitable esos aromas nos dan la sensación de hogar.
Además cocinar a quienes se ama es un hermoso regalo. En un tiempo sin tiempo, donde se tiene mucho pero siempre faltan momentos para compartir, para regalar a quienes amamos , cocinar es sin lugar a dudas obsequiar tu tiempo, y pensamiento en el otro.
Y ahora si te prepararon un buen guiso de lentejas o tu postre favorito, no valorices solo el buen sabor porque detrás de ello hay alguién que te regalo su mejor esfuerzo ,su tiempo y dedicación.
El producto final de la cocina, siempre tiene un mensaje subliminal :alimentar, agasajar,seducir, proteger,
homenajear, cuidar, pero cualquiera sea el motivo...todos susurran....te amo!!!!!!!!!!!
Nancy.
