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Que los cumplas feliz...
Nancy
Que los cumplas feliz
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que los cumplas ,
que los cumplas
que los cumplas feliz.
No importa donde estés, el cumpleaños tiene un mismo significado, es el aniversario de nacimiento de una persona . Ahora la forma en que se festeja depende mucho de el país. Acá en nuestra Argentina, no puede faltar la torta , las velitas , los deseos y las personas queridas. Nos gustan los rituales y como en una danza sagrada rodeamos al homenajeado a la vez que cantamos en coro que los cumplas feliz, mientras golpeamos las palmas. Prendemos las velitas , apagamos las luces y de repente hacemos silencio, brindándole al cumpleañero un instante de paz para pensar sus 3 deseos que no debe compartir con nadie antes de soplarlas. Una vez apagadas las velitas vienen los hurras, felicitaciones , muchos besos y tirones de orejas!
Las tradiciones de celebración, por lo general, toman origen en los rituales antiguos. Un ejemplo de ello es la costumbre de soplar las velas de la torta de cumpleaños y pedir 3 deseos. Lo hacen las personas de diferentes culturas en distintos países del planeta. Pero ¿de dónde proviene la tradición de soplar velas?
Los festejos de cumpleaños estaban reservados principalmente sólo para los reyes y gente afines a los monarcas . Era de gran importancia tener un registro de los nacimientos , ya que los nacidos , adquirían la protección y el carácter del dios del horóscopo del cual habían nacido .
Los griegos y egipcios , creían que toda persona tenía un espíritu protector que estaba presente el día de su nacimiento y cuidaba de ella durante su vida . Este espíritu tenía una relación mística con el dios del horóscopo que reinaba el día que nació. Los romanos también aceptaban esta idea en un rito religioso donde nació la creencia del ángel custodio, el hada madrina y el santo patrón.
La costumbre de rodear la torta con velas encendidas formaba parte de un ritual espiritista que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año.
Y de todas las versiones esta es mi favorita...Cuenta la historia que en una época de epidemias y grandes enfermedades, para festejar la vida de los sobrevivientes se realizaba un pastel donde se colocaba una vela encendida. Soplar y lograr apagarla era un símbolo de salud. Así que el hecho simplemente de apagar la velita era...un deseo cumplido!
Y de todas las versiones esta es mi favorita...Cuenta la historia que en una época de epidemias y grandes enfermedades, para festejar la vida de los sobrevivientes se realizaba un pastel donde se colocaba una vela encendida. Soplar y lograr apagarla era un símbolo de salud. Así que el hecho simplemente de apagar la velita era...un deseo cumplido!
Poquito a poquito suave suavecito....como dice la famosa canción este ritual se convirtió en uno de los más populares y realizados en el mundo. Adornados con detalles propios de la zona todos tienen como fin...homenajear al cumpleañero!
En su divertido cuento "Las velas Malditas", Graciela Montes cuenta como el éxito del cumpleaños depende de la realización de ese simple ritual, será cuestión entonces de soplar bien bien bien fuerte ...
Les regalo un cuentito sobre los soplidos que apagan velitas y encienden sueños...
Cuando la felicidad viaja en soplidos
Para Santi ese era su día especial, "El día mágico".
Desde que lograba recordar,siempre lo había vivido como su momento. No tenía que ver con los regalos . O sí!!!Sólo que no se trataba de esos clásicos envueltos en papel brillante . Lo que lo emocionaba eran esos obsequios que se dan enrollados con besos, empaquetados con amor y cubierto de buenas intenciones.
Adoraba esas ofrendas dadas de corazón, sin otro interés más que el de hacer feliz.
De esas cosas invaluables que no tienen precio y de esos detalles que lo son todo, estaba repleta la habitación de Santi en el día de su cumpleaños.
Es que la felicidad siempre sucede en detalles.
De esas cosas invaluables que no tienen precio y de esos detalles que lo son todo, estaba repleta la habitación de Santi en el día de su cumpleaños.
Es que la felicidad siempre sucede en detalles.
Mamá preparando su torta favorita . Hay acaso algo más bello que te den eso que adoras sin pedir?
Hay acaso algo más hermoso que conozcan tus gustos y sin preguntar te preparen por ejemplo la chocotorta que tanto te gusta?
En el fondo a veces los regalos son peligrosos, dan miedo, cuando a través de ellos descubrimos lo poco que nos conocen!
Santi amaba la vida que tomaba la casa en ese día. Todo se rodeaba de un microclima de euforia y alegría.
Hay acaso algo más hermoso que conozcan tus gustos y sin preguntar te preparen por ejemplo la chocotorta que tanto te gusta?
En el fondo a veces los regalos son peligrosos, dan miedo, cuando a través de ellos descubrimos lo poco que nos conocen!
Santi amaba la vida que tomaba la casa en ese día. Todo se rodeaba de un microclima de euforia y alegría.
Papá reacomodando los muebles para que entraran todos los invitados, amigos y familiares que se reunirían por el festejo.
El besuqueo de su familia al despertar.
El amor , de eso se trataba...siempre del amor.
Le gustaba su cumpleaños porque en esta jornada, él se convertía en el nexo de la unión de gente tan querida, era la excusa del encuentro, y ahí estaba todo el mundo, su mundo pequeñito de nuez, el que le importaba...queriéndolo!.
Y como si fuera poco estaba el ritual, las velitas y todo eso de los deseos.
Veneraba ese instante donde las luces se apagan y la energía de las personas que amás te rodean mientras canturrean un himno en tu honor regalándote su energía. Santi se recargaba de ella y hasta creía que las velitas podían encenderse con su fuego. Entonces se hacia el silencio...y de repente a pesar de tanta compañía se encontraba solo .
Solo con sus deseos más íntimos. Cerraba los ojos, lo imaginaba y lo pedía.
La tradición decía que eran tres, pero el repetía las 3 veces el mismo, para que tuviera mayor fortaleza.
Siempre el mismo, una y otra vez.
Luego tomaba impulso y con todas sus fuerzas ... soplaba . En su soplo volaban sueños que viajaban por el aire buscando respuesta, apagando las velitas en su camino, dibujando remolinos en la noche estrellada igual al cuadro de Van Gogh que te tenía colgado en su habitación.
Los años pasaron, se soplaron muchos velitas y tantos sueños más.
Pueden decir que todos los caminos conducen a Roma, pero en el caso de Santi todos sus caminos siempre condujeron a su sueño... su familia!
Y ahí estaban todos cantando el" Feliz cumple", pero esa noche Santi ya no necesitaba pedir deseos, cada uno de ellos estaba allí.
Es que cuando los deseos se soplan con el corazón no importa la distancia, no importa donde estés, ellos siempre te encuentran y encienden tu vida.
Nancy.